La llama más bella e intensa de la antigüedad, Heráclito de Efeso, sentenció: «Anduve buscándome a mí mismo». (Fr. 101, Plutarco, adv. Colot 20. 1118 c)
No es de sorprenderse, puesto que las máximas délficas de la época rezaban: «Conócete a ti mismo» y «Nada en Exceso».
Al igual que el filósofo de los contrarios, la dialéctica y el cambio me he buscado a mí mismo.
Hasta el momento no me ha gustado nada de lo que he encontrado.
Por eso afirmo: «Destrúyete a ti mismo. Todo en exceso».
Tal vez… llegar a un buen acuerdo…
Simplemente amo leerte!!!